miércoles, 11 de julio de 2012

Dividendos sí, dividendos no


                Son muchas las personas con las que he hablado y me comentan que pese a que sus acciones llevan unas pérdidas importantes no están descontentos, ya que gracias a los dividendos están un obteniendo una rentabilidad regular. En cuanto oigo esto mi mente chirría: “otro más con lo mismo” pienso y, acto seguido paso a explicarle mi opinión. Como la palabra oral no es mi fuerte, he decidido escribir sobre el tema para intentar dar mi punto de vista sobre el tema.

                Antes de nada conocer sobre lo que estamos hablando. Muchos de vosotros podréis saltaros éste párrafo, pero como intento llegar a gente de todos los niveles vamos a explicar qué es un dividendo. Cuando las compañías presentan sus resultados y pagan los impuestos pertinentes, el sobrante son los beneficios realizados en ese año. ¿Qué hacer con esos beneficios?, hay dos posibilidades: que los beneficios no salgan de la sociedad y pasen a las “reservas” o, que se decidan repartir los beneficios entre todos los accionistas, asignando una cantidad a entregar a cada acción. Esa cantidad a entregar es la que se llama dividendo.

                La decisión sobre qué hacer con los beneficios (asignarlos a reservas o repartirlos como dividendos) es una decisión empresarial en la que influyen múltiples factores que desconozco. De este modo no existe una opción mejor que la otra, hay compañías que prefieren reinvertir sus beneficios en el propio negocio para así poder crecer más rápido. Y otras, en cambio, optan por una política de retribución al accionista bastante generosa. Entre estas dos posiciones extremas, podemos encontrar todo un abanico de posibilidades: 50% de reservas y 50% dividendos, 60/40, 40/60 etc.

                Pero, ¿son los dividendos tan buenos cómo nos los pintan? Yo pienso que no, ya que cuando llega el ansiado día del reparto de dividendos, esa compañía empieza a cotizar con el dividendo descontado (ex-dividendo), de esta forma, lo que nos dan por un lado nos lo quitan por otro. Pondré un ejemplo para que se entienda mejor; supongamos que Santander reparte 0.1 € de dividendos el 13 de Julio, y yo el 12 de Julio tengo 1000 acciones de Santander que están cotizando a 5 €, por lo que la cantidad global que tengo es 5000€ (5*1000). El 13 de Julio a las 9 yo ya tendré en mi cuenta los dividendos abonados: 100€ (0.1€ por acción multiplicado por las 1000 acciones que tengo), pero el precio a que empezarán a cotizar será de 4.9 (5-0.1), por lo que en el cómputo global seguiré teniendo 5000 € (100 en efectivo en mi cuenta y 4900 del valor de las acciones), por lo que en el fondo ni gano ni pierdo nada.

                El porqué de realizar esta operación de descuento del dividendo es muy sencillo: EL reparto del dividendo supone una salida de flujo de cajas de la sociedad, exactamente igual a la cantidad que se reparte por cada acción multiplicada por el número de acciones totales en que está dividida la compañía. Si ayer valía 5 y se han repartido 0.1€ lo raro sería que hoy siguiese valiendo 5.

                Si bien es cierto lo dicho anteriormente, este descuento pasa desapercibido muchas veces ya que a lo largo del día la cotización varía constantemente, y puede que al cierre se hayan recuperado esos 10 céntimos. Pero igual que puede haberse recuperado, el precio puede caer por debajo de 4.9, o incluso cerrar en 4.9; pero estos vaivenes son los ordinarios de los mercados y tienen una relación con el dividendo tan grande como la que existe entre Cristiano Ronaldo y la humildad.

                Pero no todo ha de ser pegas a los dividendos, el recibir dividendos tiene una gran ventaja fiscal en comparación con ganar comprando y vendiendo las acciones. Aunque, desgraciadamente, estas ventajas se están reduciendo a pasos agigantados, ya que dicen que los rendimientos del capital es algo propio de los ricos y por lo tanto deben tributar a tipos mayores, mejor no opino. Mientras que las ganancias que obtengamos en la compra-venta de valores van a tributar al tipo fijo del 21,25 ó 27% (en función de la cantidad ganada); las cantidades percibidas como dividendos tienen una exención fiscal en los primeros 1500€ recibidos. El motivo de esta exención es evitar una doble imposición, debido a que esos dividendos ya han tributado en el impuesto de sociedades como beneficios, y sería completamente injusto que tributasen otra segunda vez en el IRPF.

                No obstante, la reforma para el IRPF del 2010 ha limitado estas exenciones a los casos en los que se mantenga las acciones dos meses antes o después del reparto del dividendo, intento desincentivar que únicamente se compre para obtener el dividendo. Por lo que si compramos y vendemos antes del transcurso de esos dos meses o, en todo lo que percibamos como dividendos  que exceda de 1500€ (con independencia de los dos meses), estamos pagando al Estado un 30% de impuesto de sociedades (tipo general) y de lo que nos quede un 21-27% de IRPF; suponiendo que luego queremos comprarnos algo con lo obtenido, volveríamos a pagar un 21% de IVA con la nueva reforma. Y luego son los ingleses quienes tienen fama de piratas.

                Espero que leer esto te haya servido para ver los dividendos de otra forma, obviamente, esta es mi opinión, y me gustaría que compartieras la tuya conmigo; ya que en las “ciencias” sociales no hay una teoría correcta y otras falsas, todas son igualmente válidas si se argumentan correctamente.

miércoles, 27 de junio de 2012

Usted firme aquí


    Cada vez que oigo esta frase y tengo delante mía una hoja llena de letras tan pequeñas que necesitaría una lupa para empezar a verlas, me echo a temblar. Desconfío del interés de mi interlocutor en que plasme mi rúbrica. "Si tanto quiere que me apresure al firmar por algo será" me repito una y otra vez. Y la falta de confianza se multiplica cuando la persona que tengo enfrente mía es un empleado de banca.

    Un buen consejo: desconfiad siempre siempre siempre (¿he dicho siempre?) de los bancos. No son tan simpáticos y amigables como nos dicen Fernando Alonso o Rafa Nadal, ellos sólo quieren tu dinero a consta de todo. Probablemente no os esté descubriendo nada nuevo pero, pese a ello seguimos confiando en nuestro señordelasucursaldealladodemicalle para planificar nuestras inversiones, ¿porqué? porque somos tontos, no hay otra respuesta.

    ¿Confías en el gitano del mercadillo que te vende un polo con un lagarto por 20 €? Seguramente no, por mucho en que te insista en que es original, "importau de Francia caballero". Entonces, ¿porqué confiar en un banco a la hora de buscar asesoramiento financiero? Voy a pararme a analizar las funciones que hace el banco para que veáis la clara contraposición de intereses. El banco crea, comercializa y asesora.

    El producto financiero (depósito, libreta de ahorros, fondo etc.) en que estemos interesados, o mejor dicho, el que nuestro "asesor" nos recomienda, requiere de una serie de personas que lo muevan y gestionen. Y muchos de estos productos son creados por los propios bancos, el Santander tiene su propio fondo de renta fija, renta variable, mixtos etc.

    Esos productos tienen que ser comercializados, como cualquier mercancía, por lo que se requieren una serie de vendedores (que no asesores) que se encarguen de distribuirlos entre los clientes minoristas (nosotros) a cambio de una comisión.

    Un asesor financiero es una persona que viendo las circunstancias personales de su cliente le aconseja que producto es el más apropiado para él, ya que no hay dos inversores iguales. Unos son más amantes del riesgo que otros, los hay que van a necesitar su dinero en dos años y los que lo invierten de cara a su jubilación, etc. El asesor también tiene que comer, por lo que necesita cobrar, ¿a quién debe cobrar? al cliente obviamente, ya que mira por nuestro bien. ¿Nos cobra el señor del banco cuando vamos a pedirle asesoramiento financiero? Entonces ya sabemos la respuesta sobre si el asesoramiento del banco es independiente y el más adecuado para nosotros.

    Hace poco tiempo la UE creó la Directiva MIFID (Markets in Financial Instruments Directive), que obliga a las entidades financieras a hacer un "test de idoneidad" de su potencial cliente con el producto que pretende adquirir. La idea es bastante buena, pero la aplicación que se hace de la misma deja bastante que desear. En varios contratos que he hecho con diferentes entidades financieras, la forma de llevar a la práctica esta directiva se resume a una especie de: "Firme aquí si es consciente de los riesgos que conlleva esta operación, en caso contrario, no podrá contratar lo que desea". Hasta ahora sólo he expuesto los problemas, es importante conocerlos y ser consciente de los mismos. Pero de nada nos sirve saber los problemas si no se aportan soluciones, y la solución, en este caso, se denomina EAFI.

    ¿Qué es una EAFI? Es una figura que lleva pocos años implantada en España, pero que en otros países, está muy extendida. EAFI viene de "empresa de asesoramiento financiero", son compañías que, en teoría, son imparciales, y su cliente es el minorista interesado en buscar asesoramiento (tú y yo). He dicho en teoría respecto de su imparcialidad porque nadie nos la puede asegurar. Yo conozco casos de empresas de este tipo (que no voy a decir el nombre obviamente) que se llevan una comisión si colocan este u otro producto. Las EAFIs cobran a sus clientes, esta espada de doble filo nos asegura su independencia, pero es el motivo por lo que en España aún no son muy populares. Somos un país con muy poca cultura financiera, donde impera la filosofía del porque pagar si puede ser gratis. Sólo pido que reflexionéis, probablemente las miles de personas que suscribieron la OPA de Bankia hubieren preferido pagar una pequeña cantidad a su asesor, y evitarse estar soportando caídas de más del 75% desde que empezaron a cotizar en Julio del año pasado.

    ¿Habéis tenido alguna mala experiencia con vuestros bancos? ¿Conocías ya qué era una EAFI? Coméntame y podremos aprender todos unos de otros.

miércoles, 20 de junio de 2012


El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra

    Igual que empiezan las películas de la tele en la sobremesa de los fines de semana, "esta historia está basada en hechos reales", y tan real que me ocurrió la semana pasada. Me avergüenzo de lo que hice, por eso quiero compartirlo con vosotros, para que no os ocurra. Pese a que más de uno se reirá de mí (es normal, yo también lo haría si estuviera en vuestro lugar), a mí me sirve para hacerlo público y exteriorizar lo que hago, parece una tontería, pero otro día os contaré la historia de traders arruinados que, tenían la manía de ocultar sus pérdidas a sus seres más queridos. Aquí entra de nuevo mi amiga y enemiga, la Sra. Psicología, no es fácil reconocer públicamente que has fallado, nuestro ego y autoestima se resienten. Pero es imprescindible para conseguir el éxito en el trading.

    Empezaré mi historia como se empiezan todas las historias decentes, por el principio. Para que os pongáis en situación tengo que deciros que en mi cuenta de trading ingresé, en su momento, 500 €, empecé 2012 con 426, y la semana pasada tenía unos 435 €, es decir había logrado poco más del 2 % de rentabilidad. Sé que son cifras ridículas pero, yo no tengo ingresos y, sobre todo, soy un novato en esto, prefiero perder 500 € a 2000 €, ya que soy consciente que seguramente lo perderé.

    Hace unas semanas me puse corto en una empresa canadiense, Talisman, tras aplicar mi sistema de gestión del dinero, o money management como prefieren llamarlo los "entendidos" en la materia, me salió que únicamente podía vender una acción. Cada acción cotiza a unos 10 CAD (unos 10,5 USD al cambio). La operación de mi vida pensé, al fin podré comprarme el tan ansiado deportivo. Si sube un 100% ganaría menos de 8 €. Puse mi stop loss (uno al cierre y otro al tick como suelo hacer) y adelante.

    La semana pasada estaba viendo un partido de Inglaterra en la Eurocopa y, a eso de las 21.55, encendí el ordenador para ver como iban las cotizaciones. Talisman estaba por debajo del stop diario, así que abrí la ventana para cerrar la posición. Cuando me percaté de lo que había hecho me volví loco, no cambié el número de acciones que viene por defecto, por lo que había comprado 500 acciones. Rápidamente reaccioné y vendí otras 500. Fue como en las películas, en el último segundo antes de que cerrase el mercado. El balance del día fue: 22 € en comisiones y, como compré 500 y vendí 500, aún tenía la maldita acción en mi poder. Tenía que esperar al día siguiente para liquidarla.

    A la mañana siguiente le conté lo ocurrido a un amigo y él me preguntó "¿y por qué no te la jugaste? Podías haber ganado mucho", yo le solté con todo el rollo de que era cierto que podía ganar mucho, pero también perderlo, y un sistema ganador al largo plazo no puede permitirse una pérdida del 20, 30 ó 50%. Muy seguro de mis palabras parecía.

    Antes de las 15.30 ya estaba de nuevo con el ordenador abierto para liquidar esa maldita acción. Al primer precio que me salió le di a comprar (era un corto) teniendo mucho cuidado de sustituir ese 500 por un 1. Cuando  en el tiempo que transcurre desde que presionas el botón hasta que se ejecutaba la orden, ha variado el precio, el programa te indica que ha habido ese cambio y si estás conforme con el nuevo precio. Me apareció la pantalla y acepté rápidamente, sin leer lo que ponía. De nuevo había comprado 500 acciones. Pero en cuanto vi que el precio iba a mi favor y que el saldo de mi cuenta subía de 30 en 30 euros, oía de fondo la voz de mi amigo "juégatela, juégatela". "Tan sólo hasta recuperar los 500 iniciales y cierro" pensé, la avaricia me pudo. Dicen que lo que bien empieza bien acaba, yo creo que también es al revés: lo que mal empieza mal acaba. Porque el precio se dio la vuelta y al final tuve que cerrar con pérdidas.

    Al final el resultado de mi inversión de 8 €, fue una pérdida de casi 80 €. El pequeño beneficio que llevaba en este año, dilapidado.

    Pero como se trata de ir aprendiendo poco a poco, me he parado a contarte mi fracaso, y yo he sacado dos errores muy graves: el primero es estar despistado y no darme cuenta de que no ponía 1, si no 500. Este error podría tener disculpa si no me hubiese pasado dos veces seguidas en menos de 24 horas. Y el segundo error fue dejarme llevar por las emociones, esa codicia que me quería hacer ganar dinero fácilmente. Este error es el más grave, ya que tenemos que operar dejando a un lado nuestros sentimientos, comportándonos como verdaderos autómatas.

    ¿Te ha pasado algo parecido alguna vez? ¿Tiene algún truco o consejo para evitar estas meteduras de pata? Compártelo conmigo y así podré aprender y, evitar tropezar una tercera vez en la misma piedra.

sábado, 16 de junio de 2012

Vicente del Bosque sería un buen especulador


    Antes  del debut de España en la eurocopa, Vicente del Bosque ya tenía en su mente la alineación. Probó con Fábregas como "falso nueve", pero tras una primera parte en la que España no desplegaba el juego a que nos tiene acostumbrados, dio entrada a Fernando Torres. Más allá de si creó ocasiones o no o depermitió que los medios se encontrasen más agustos sin la presión de los italianos bien o no, lo que está claro y es irrefutable es que no marcó ningún gol (y no por falta de ocasiones), y el principal objetivo de un delantero es marcar goles. Esta falta de finalización de Torres provocó, en los días siguientes, una guerra en todos los medios deportivos, incluso los no deportivos; todos los bares de España entre defensores y detractores del delantero de Fuenlabrada.

    Llegó el partido de Irlanda y, para sorpresa de muchos (entre los que mee incluyo), el castigo de del Bosque por la falta de goles fue la concesión de la titularidad. El seleccionador español tenía un sistema y creía firmemente en él. No se dejó influenciar por los ríos de tinta escritos en todos los medios sobre la jubilación de Torres. Del Bosque apostó de nuevo por él, y el resultado ya lo conocemos todos.

    Para que un entrenador confíe en un jugador es porque le conoce, le ha visto durante muchos entrenamientos y sabe que es capaz de responder  a sus expectativas. Eso mismo tenemos que conseguir nosotros haciendo trading. Buscar un sistema de especulación que sepamos que funcione y cumplirlo a rajatabla.

    En los mercados financieros nadie sabe lo que va a ocurrir al siguiente día, nosotros tenemos que ser conscientes de ello y actuar teniendo en cuenta nuestras limitaciones. Como no tenemos dones adivinatorias muchas operaciones van a acabar con pérdidas, pero no pasa nada. Nuestro máximo trabajo consiste en buscar una serie de parámetros que nos permitan ganar, como mínimo, el 51% de lo que perdemos. Tenemos que poner la esperanza matemática a nuestro favor. Es cierto aquello de que la bolsa es como un casino, pero no yendo como clientes-jugadores, si no como la empresa que lo gestiona. En el juego de la ruleta podemos apostar a rojo o negro, 50% de posibilidades de ganar o de perder. Pero el 0 es el qeu consigue que nuestras posibilidades de ganar no sean del 50%, sino de 18/37, es decir del 48.65%. Ésa es la esperanza matemática positiva que hace que "la banca siempre gane", no en diez tiradas, ni en cien, sino en decenas o centenas de millones de ellas.

    Nosotros como especuladores no tenemos que preocuparnos por perder una operación, o dos, o diez. Buscamos una rentabilidad a lo largo de muchas operaciones. La pérdida forma parte de nuestro sistema; sistema que, previamente sabemos que nos da ése 51% de ganancias.

    Lo que hemos visto hoy son los pilares desde donde empezar a ganar dinero, tenemos que tener muy claro esto si queremos llegar a algún lado en el trading. Pero lo complejo es conseguir tener un sistema que nos de esa esperanza matemática positiva y, sobre todo, como hacer para que esas pérdidas que tenemos no nos mermen psicológicamente y afecten a nuestra forma de operar.

    Una vez que has leído esto me gustaría que compartieras tus opiniones conmigo, de esta forma yo también podré aprender de ti.
   
   

jueves, 14 de junio de 2012

  Bienvenidos!

   Tras un tiempo pensándolo, he decidido no demorarme más y lanzar mi blog de una vez. No tengo experiencia alguna en blogear, pero estoy convencido de que poquito a poco iré aprendiendo. No dejo de preguntarme si tiene sentido perder el tiempo en escribir algo que muy poca gente,o incluso nadie, leerá. Pero la respuesta es un sí rotundo. el escribir me obliga a reflexionar sobre lo que he hecho bien y mal en la operativa, operativa? qué es eso?

     Este blog está dedicado al fabuloso mundo de la bolsa, ése sofisticado casino donde juegan los ricos para aumentar su riqueza; el punto de reunión de aquellos malvados especuladores tan de moda que se dedican a arruinar a nuestros queridos Estados; etc. Me daría por satisfecho si, a lo largo de los artículos, consigo que una única persona cambie su modo de ver ésta tan denostada y peligrosa profesión. Ambicioso objetivo si no tengo lectores.

     Yo no sé economía, ni trabajo en un banco, ni nada por el estilo. Soy una persona normal y corriente (no quiero decir con esto que los economistas no lo sean) con ganas de sacrificarme y trabajar para empezar a ganar con esto. Operar en bolsa es accesible a todas las personas, de hecho alguien con un coeficiente intelectual alto le resultará más difícil ganar en la bolsa, ya que intentará preguntarse los porqués y buscar la racionalidad del mercado. El mercado está formado por un conjunto de personas que quieren comprar y vender algo, hay personas que intentar ser racionales, pero la  gran mayoría nos movemos por instintos y sentimientos. Y el racional, probablemente actuará de manera irracional cuando forma parte de un grupo. Siendo el mercado la agrupacion de personas por excelencia. Es muy importante estudiar y conocer psicología de masas para enfrentarnos al mercado.

    Sobre todo esto iré escribiendo día a día, pero quiero que quede claro desde el principio que, todos podemos hacer dinero en la bolsa. No nos vamos a hacer millonarios, pero si conseguir ganar. Pero para lograrlo tenemos que invertir tiempo y dinero, yo aún estoy en la fase de invertirlos sin apenas ver resultados.

    Pero no te conformes únicamente con leer esto, espero que me digas que piensas sobre el tema. De esta forma yo también puedo aprender algo nuevo e intercambiamos opiniones.

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